EL EMBARAZO
El EMBARAZO es un periodo muy especial para la mujer, durante el cual se producen cambios muy importantes tanto a nivel físico, hormonal como sentimental. Es de suma importancia entender que la mayoría de estos cambios son normales y naturales, pudiendo producirse durante toda la gestación o en periodos concretos.
Un embarazo tiene una duración de unas 40 semanas, contando a partir del primer día de la última regla. Se divide, de manera práctica, en tres trimestres.
• PRIMER TRIMESTRE: desde la fecha de la última regla hasta la semana 16.
• SEGUNDO TRIMESTRE: desde la semana 17 hasta la 28 (ambas inclusive).
• TERCER TRIMESTRE: desde la semana 29 hasta la 40.
Hay ocasiones en que una serie de factores nos hace considerar la gestación como de alto riesgo. En estos casos, tanto los controles ecográficos, como los analíticos pueden ser algo diferentes de aquellas gestaciones no consideradas de alto riesgo. Es importante, tanto para la paciente como para el ginecólogo, conocer los antecedentes y posibles factores de riesgo para el correcto seguimiento y evolución de la gestación.
Factores de riesgo en la actual gestación
- Gestacion múltiple
- Primigesta añosa
- Abortos de repetición
- Antecedentes de parto prematuro
- Antecedentes de crecimiento intrauterino retardado
- Antecedentes de malformación fetal
- Antecedentes de mortalidad neonatal
- Malformación uterina
- Incompetencia cervical
- Antecedentes de enfermedad materna: hipertensión, enfermedad cardíaca, enfermedad renal…
Durante el primer trimestre la mujer puede empezar a experimentar sensaciones nuevas y diferentes. Unas de las más comunes y nada agradables son los conocidos “ascos” o náuseas. Existen medidas dietéticas para intentar evitarlos, aunque en muchos casos se requiere tratamiento médico. Es aconsejable, sobre todo durante el primer trimestre, época en que las náuseas se presentan con más frecuencia, comer muchas veces al día, pero poca cantidad. Se recomienda asimismo evitar las comidas muy picantes y calientes, pues son peor toleradas. El estomago vacío es, en muchos casos, el causante de las náuseas, por lo que al ingerir una pequeña cantidad de alimento (palitos, galletas integrales, una pieza de fruta, etc.) estas desaparecen.
Durante la gestación, por causas hormonales, el intestino está enlentecido y las digestiones son pesadas y mal toleradas. Es muy frecuente que la mujer tenga estreñimiento durante la gestación y, aunque en ocasiones con el aumento de fibra en la dieta es suficiente, en otras es necesario un tratamiento médico. La mujer debe intentar no acostarse inmediatamente tras las cena, y ésta no debe ser demasiado copiosa.
En los tres primeros meses, y sobre todo en los tres últimos, es muy frecuente la sensación constante de ganas de orinar. Si aparece escozor o dolor es debido básicamente a la presión por parte del útero, ocupado por el bebé, sobre la vejiga.
También en estos meses la mujer experimenta, en la mayoría de los casos, una sensación de sueño excesiva que suele desaparecer pasadas las primeras 10-12 semanas.
En el primer trimestre, a menudo y debido al aumento de vascularización de las mucosas, aparecen pequeñas hemorragias nasales así como de las encías. Esto no nos debe preocupar, es normal, e irá cediendo a lo largo del embarazo. Durante los primeros tres meses del embarazo no suele notarse aumento de la barriga, pero la embarazada empieza a notar igualmente cambios físicos en su silueta. Es muy habitual que la mujer note un crecimiento notable de las mamas e incluso, en algunos casos, si bien más hacia el tercer trimestre, se produce una secreción de una sustancia lechosa llamada calostro. Muchas embarazadas refieren que “han perdido la cintura”, y así es, el cuerpo empieza a modificarse debido al crecimiento del bebé intraútero. Dicho crecimiento en numerosas ocasiones produce dolor, que a menudo preocupa pues es parecido a un dolor de regla. Estos dolores son normales, y si son soportables, no deben preocupar.
Es recomendable, ya desde el segundo mes de embarazo, aplicar alguna crema antiestrías en abdomen y mamas. Muchas veces no se ven las estrías durante la gestación y estas se hacen evidentes al haber dado a luz. En ocasiones, la futura madre refiere que nota picor en abdomen y pecho, y esto puede ser debido a que la piel comienza a romperse porque no da “más de sí” y no está lo suficientemente hidratada para estirarse, tras lo cual se rompe y se forman las estrías.
El segundo trimestre es mucho más apacible. En la mayoría de los casos la mujer ya no refiere náuseas y se empieza a encontrar mucho mejor. El excesivo cansancio y el sueño del primer trimestre empiezan a desaparecer. La embarazada tiene mucha más vitalidad que durante el primer trimestre; la silueta ya es la de una mujer embarazada y no la de una mujer “con algunos quilitos de más” y esto anima a la futura madre. Es aconsejable en este momento ponerse ropa cómoda, que no presione la parte abdominal, y es preferible calzar zapato de tacón bajo.
Más adelante hablaremos del ejercicio físico aconsejable durante el embarazo.
En este tercer trimestre (aunque en ocasiones comienza antes) la mujer puede padecer dolores de espalda y ciática. La ciática es una irritación de uno de los nervios que salen de la columna vertebral y que puede verse presionado al final del embarazo y provocar dolor. Este dolor va desde la parte baja de los glúteos hasta casi la rodilla. En algunos casos requiere incluso medicación intramuscular. Es aconsejable, sobre todo si la mujer está mucho tiempo de pie o le empieza a doler la espalda, la utilización de una faja especial para embarazada, que refuerza la zona lumbar y evita la carga de dicha zona.
Es asimismo habitual que se empiecen a hinchar los pies a causa de la retención de líquidos. Es aconsejable beber mucho líquido (zumos, infusiones, etc.) pues de esta forma, y aunque parezca paradójico, minimizaremos dicha retención al forzar a los riñones a trabajar más y eliminar el líquido retenido.
En muchos casos la mujer refiere malas digestiones y nota que le falta el aire. El bebé ya es mucho més grande, está prácticamente listo para salir y presiona los pulmones y la caja torácica dificultando la inspiración y, en algunos casos, la digestión. Las hemorroides no aparecen siempre, pero cuando lo hacen son muy molestas. También son debidas a la presión a la que está sometida la zona pélvica.
Otros posibles síntomas que son completamente normales y que no nos han de alarmar en esta época del embarazo son el insomnio, el aumento de flujo vaginal, las pequeñas pérdidas de orina, etc.
A partir de la semana 35 o 36 de embarazo, o en ocasiones incluso antes, pueden aparecer contracciones de forma aislada, las llamadas contracciones de Braxton-Hicks, que no son rítmicas ni excesivamente dolorosas, y que preparan el útero para el momento del parto.